La Contraparte Local atiende una cruda realidad en la que nativos aymaras sobreviven en condiciones de extrema pobreza y abandono social. Los índices de enfermedades diarréicas, broncopulmonares o digestivas son alarmantes, al igual que la mortalidad por falta de atención y de una oportuna medicación. Así, mueren prematuramente o sufren innecesariamente debido a enfermedades para las que existen medicamentos eficaces pero que para ellos no son accesibles ni asequibles. La precariedad en el ámbito sanitario llega a tales niveles que en los botiquines no se cuenta con los más mínimos medicamentos ni suministros para atender a los pacientes.
En este contexto prolifera la venta en el mercado negro de medicamentos adulterados y vencidos. Con la ayuda obtenida se ha logrado equipar con materiales básicos uno de estos dispensarios rurales.
La Prelatura de Juli, la contraparte local, se ubica en una zona con notables durezas climatológicas, geográficas y sociales, desarrollando actividades en campos de acción como la educación, la salud y la nutrición.