En el norte de Bucaramanga, en una zona afectada por la pobreza, la delincuencia y la drogadicción, la Hermana Felisa Manrique, de la Congregación Hermanas del Ángel de la Guarda, ha trabajado para conseguir fondos que permitan mantener el Restaurante Infantil Luz y Vida. Este comedor tiene como objetivo combatir la desnutrición de 150 niños vulnerables, de entre 3 y 10 años, a quienes se les ofrece un almuerzo nutritivo.
Gracias a los fondos proporcionados por Misión América por segundo año consecutivo, se adquirieron proteínas, verduras y alimentos no perecederos. Además, las familias se reúnen trimestralmente con las Hermanas para abordar temas como el maltrato, la educación y el cuidado infantil. También se han llevado a cabo talleres dirigidos a los adultos, sobre la protección del medio ambiente y capacitación productiva.